El plantel de Juan Ignacio Martínez realizó un partido muy correcto en defensa y algo errático en construcción de juego y finalización de jugadas. El 1-0 final fue un resultado justo, pero en la segunda mitad, los encargados de ver portería en los blanquivioletas estuvieron poco acertados. El Getafe apenas creo peligro a Mariño, a pesar de los hombres de calidad que presentaba arriba el cuadro de Luis García.

La primera mitad del encuentro no fue reseñable, ni mucho menos. Equipos con demasiados miedos y que parecían emplazarse para los segundos cuarenta y cinco. En los primeros, el Valladolid dominó la posesión del cuero pero no hacía daño para intentar abrir heridas en el equipo madrileño. El juego de los pucelanos no acababa de ser todo lo fluido que se requiere en estos partidos en los que el rival se cierra detrás de la divisoria del terreno de juego para aprovecha la velocidad en las contras.

La banda izquierda fue la que monopolizó el ataque de los locales, que tuvieron en Peña a su estandarte por esa banda. Algunas jugadas en las que los laterales se asociaban con Óscar y llegaban a la línea de fondo, fueron las bazas que presentaban mayor batalla a la zaga getafense. Los azulones solo llevaban peligro a la puerta de Mariño con jugadas a balón parado que el pie de Pedro León se encargaba de poner con maestría. Lo mejor que pasó en esa mitad fue el pitido de Undiano Mallenco.

La segunda parte comenzó a moverse rápido. Apenas se llevaban tres minutos de reanudación cuando Omar botó un córner al primer palo para que Rueda prolongase y le llegara a Peña al segundo palo. Este dejó la bola muerta en línea de gol para que Valiente tuviera que hacer valer sus reflejos para poner la cabeza y subir el primer, y a la postre único, gol en el marcador.

Este gol hizo que los de García Plaza se abrieran más en busca del empate soñado. Esto ayudó al Valladolid, que seguía sin encontrar el juego debido a que Álvaro Rubio y Sastre estaban muy separados en la construcción de las jugadas. Al no encontrar la elaboración necesaria, los de Juan Ignacio se encomendaban a las contras para matar el partido. Bergdich y Omar estaban más incisivos, ayudados por la reducción de las ayudas defensivas del Getafe.

A pesar de buscar el Getafe el gol del empate y estirar más sus líneas, su bagaje ofensivo fue casi invisible. Colunga no vio el cuero en toda la segunda parte, y Álvaro Vázquez tres cuartos de lo mismo, salvo una oportunidad tras saque de esquina de Pedro León que apunto está de restablecer el empate. Ese gol no llegó. Como tampoco llegó el de la tranquilidad para los locales, a pesar de las ocasiones de Óscar, Bergdich, Omar o Javi Guerra.

Nada pasó en un final en el que los visitantes pusieron más corazón que juego, aunque tampoco es que pusieran demasiadas ganas en el empate. Los zagueros blanquivioletas no tuvieron que esforzarse en demasía para achicar los pocos balones que llegaron a sus dominios.

Tres primeros puntos para el Real Valladolid que supera con esta victoria en la clasificación al Getafe. Bálsamo para las heridas que se habían producido en un comienzo de liga atropellado.